lunes, 1 de octubre de 2012

Protección de datos en la nube

Es increíble ver cómo el desarrollo de la industria de las tecnologías de la información está llevando cada vez más a que la nube se masifique. Pero las personas no toman conciencia sobre ¿dónde están los datos? podría ser un data center de Asia o tal vez en Centro América. Aquí toma relevancia el saber qué legislación le será aplicable.

Recientemente en el Mundo.es se ha señalado que en Europa para que los derechos de los usuarios estén claramente establecidos y para velar por que nadie se quede atrás. De esta manera, todos podrán beneficiarse de una mejora del entorno jurídico que podría representar unos beneficios estimados en 160000 millones de euros anuales.

¿Cuál puede ser la aportación de la Unión Europea en el contexto de un mercado en constante y rápida evolución? La respuesta no es que los gobiernos o Bruselas deban controlar la nube. Pero cuando se trata de un recurso sin fronteras como este, es necesario disponer de una reglamentación igualmente sin fronteras y tan actualizada y tan estable como sea posible.

La falta de confianza es una barrera que debemos superar para el desarrollo de los servicios en la nube. Ya hemos comenzado a hacerlo con la presentación de una propuesta para dotar a los europeos de un conjunto único de normas de protección de datos adaptado a la era digital.

La importancia crucial de los datos para nuestra economía digital, incluidos los datos personales. Estos datos son como una moneda y deberían ser fiables y poder circular libremente.

Sin embargo, hoy por hoy, es prácticamente imposible transportar sus datos en la nube de un proveedor a otro. Los problemas más comunes son la falta de normas técnicas y la existencia de contratos incomprensibles y que nadie lee. Muchas personas y pequeñas organizaciones no son conscientes de los límites de los servicios que suscriben y se dan cuenta posteriormente de que no pueden cambiar de proveedor para su música o sus datos.

La portabilidad de los datos, la existencia de contratos con cláusulas sencillas y justas y la certificación de proveedores fiables pueden reforzar la confianza de los usuarios de la nube en los servicios que están comprando. También cometeríamos un error si subestimáramos el poder del sector público.


Fuente: El Mundo.es

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